Bicicletas plegables
Cada vez más cómodas, compactas y económicas, se pueden guardar en cualquier sitio o combinar con el transporte público, evitando el automóvil.
Las bicicletas son un medio de transporte ecológico y saludable, que permite desplazamientos urbanos sin tener que recurrir al contaminante coche. Sin embargo, la falta de espacio para guardarlas o transportarlas impide a más de un consumidor hacer uso de ellas. En estos casos, las bicicletas plegables, que han mejorado en los últimos años en precio y calidad, pueden ser la solución.
Una bici plegable de paseo tipo suele tener un cuadro sencillo que se dobla por la mitad, como las míticas BH infantiles de los años 70, e incluso por algún lugar más, quedando muy reducidas. Sus ruedas también suelen ser más pequeñas que las convencionales, moviéndose entre las 16 y las 20 pulgadas como tamaños más comunes.
A pesar de que puedan parecer inestables, incómodas o poco robustas, las prestaciones de los actuales modelos no tienen nada que envidiar a las de las bicicletas convencionales, teniendo en cuenta que presentan diseños muy diversos dependiendo de las necesidades de sus usuarios. En este sentido, las ventajas de una bicicleta plegable son diversas:
- Una vez dobladas, ocupan muy poco espacio, por lo que pueden guardarse en apartamentos pequeños o en lugares públicos como oficinas, cines, tiendas, etc., limitando asimismo la posibilidad de su robo.
- Se pueden combinar más fácilmente con medios de transporte público, que en ocasiones restringen el acceso de las bicicletas convencionales, de manera que se puede llegar a más lugares sin tener que utilizar necesariamente el automóvil.
- Además de su uso cotidiano en ciudad, pueden transportarse fácilmente en coches, caravanas, barcos, aviones, etc., cuando se viaja fuera de casa.
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