09 octubre, 2007

El Tíbet ofrece alojamiento y transporte a mitad de precio para salvar el invierno

El Tíbet quiere aprovechar su situación como destino de moda entre los turistas chinos, como consecuencia de la apertura de las conexiones ferroviarias, para lanzar una campaña destinada a llenar sus hoteles, que de lo contrario quedarán vacíos en los próximos meses. El objetivo, según publica el diario China Daily, es evitar también el alud de visitas que recibe la región en verano.

La campaña de la Administración Turística del Tíbet supondrá bajar los precios del viaje de avión, desde los 700-800 euros que cuesta en verano un billete de ida y vuelta hasta los 400 en los meses de invierno. También busca convencer a viajeros y agencias de viaje -que en la estación fría no suelen ofrecer tours al Tíbet- de que el invierno puede ser una buena estación para viajar al Techo del Mundo ya que “no es tan fría como muchos viajeros piensan”.
Pese a la altitud (casi 4.000 metros en la capital, Lhasa) las bajas latitudes de la meseta tibetana, el clima seco y las muchas horas de sol hacen que la temperatura media en los meses fríos sea de unos 10 grados, y el invierno sea más llevadero en el Tíbet que en ciudades como Pekín o Shanghai.
La Administración de Turismo negociará la bajada de precios con líneas aéreas y hoteles, aunque se espera que el precio de los billetes de tren se mantenga en unos 100 euros (sólo ida).


Demasiados turistas en verano
La campaña busca también frenar la "invasión" de turistas chinos que la llegada del primer tren al Tíbet está causando en verano, y que está haciendo muy difícil conseguir en esa época reservas de hotel, billetes de tren y avión o entradas al Palacio Potala, que limita el número diario de visitantes.
Entre enero y septiembre de 2007, un año después de que se inaugurara el controvertido tren tibetano, el número de turistas aumentó un 65% con respecto al mismo periodo de 2006, ascendiendo a 3,8 millones de turistas (cifra mayor incluso que la de la población tibetana).
Los grupos independentistas en torno al Dalai Lama acusan a Pekín de estimular el turismo al Tíbet como una forma más de "colonizar" la zona, después de haber concentrado la mayor parte del poder de la región autónoma en manos de la etnia Han, mayoritaria en China.

Fuente: Hosteltur

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